Para 2050, los ecosistemas marinos tendrán más plástico que peces; sí hay una solución si los países actúan ahora
Según un informe del Foro Económico Mundial sobre desechos plásticos en el mar, cada año 8 millones de toneladas de plástico se vierten en los océanos. Un nuevo estudio muestra que aún es posible solucionarlo, si los países actúan ya.
La contaminación marina causada por plásticos y otros desechos se ha convertido en un desafío urgente que demanda acciones decididas. Según un informe del Foro Económico Mundial sobre desechos plásticos en el mar, cada año 8 millones de toneladas de plástico se vierten en los océanos. Además, del plástico que llega a los mares y océanos, el 70% termina en el fondo marino y el 15% flota en la superficie.
«Si continuamos con el ritmo acelerado de contaminación de los océanos, para el 2050 los ecosistemas marinos tendrán más plástico que peces, y aproximadamente el 99% de las aves marinas habrán ingerido plástico», afirmó Norma Arce, Gerente de Océanos en Conservación Internacional México. Entre los desechos que llegan al mar, los artes de pesca abandonados, incluidas las «redes fantasma», representan el 10% del total. Diversos estudios revelan que más de 800 especies marinas se ven afectadas por los equipos de pesca abandonados.
Ante este panorama, la colaboración entre la iniciativa privada, el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil se ha vuelto vital para tomar medidas que ayuden a mitigar la basura marina. Conservación Internacional, ayudó a retirar más de 2.5 toneladas de desechos y redes de pesca abandonadas durante el último año. Norma Arce enfatiza que «la eliminación de desechos no solo implica limpiar las costas, sino también adoptar medidas preventivas para abordar las causas subyacentes de la contaminación marina. Esto incluye promover prácticas de consumo y producción sostenibles, implementar políticas de gestión de residuos más efectivas y promover la educación ambiental para fomentar un cambio de comportamiento».
Actualmente, Conservación Internacional implementa diversos proyectos para el cuidado de los océanos en el país, incluido un programa de capacitación dirigido a buzos no profesionales con el fin de desarrollar un conjunto de habilidades para planificar y ejecutar la retirada de equipos de pesca abandonados y otros residuos sólidos del fondo marino.
El problema de los microplásticos
Este estudio publicado en Nature, en 2021, proporciona el cálculo más amplio hasta la fecha de la cantidad exacta de este material que contamina la superficie de los océanos. Un equipo internacional de investigadores estima que, en todo el mundo, flotan entre 82 y 358 billones de partículas de plástico, es decir, entre dos mil 400 y cuatro mil 800 millones de kilogramos… y eso solo en la capa superior del agua marina.
«Hablamos de quintillones, probablemente, que hay ahí fuera, si no es que más», comenta Scott Coffin, científico investigador de la Junta Estatal de Control de Recursos de Agua de California (EE UU) y coautor del estudio que se publica hoy en la revista PLoS ONE.
Marcus Eriksen, cofundador del 5 Gyres Institute y autor principal del estudio, explica que “si hablamos del número de partículas que hay ahí fuera, ni siquiera estamos considerando las partículas a nanoescala. Y eso realmente encaja con toda la investigación sobre los impactos en la salud humana”. Los científicos acaban de empezar a estudiar estos efectos, pero ya han descubierto que los microplásticos más pequeños se desplazan fácilmente por el organismo y aparecen en la sangre, los intestinos, los pulmones, la placenta e incluso en las primeras heces de los bebés.
Eriksen y Coffin realizaron su cuantificación recopilando montones de datos previos sobre muestras de plástico de todos los océanos del mundo. Los combinaron con información compilada durante sus propias expediciones oceánicas. En total, utilizaron casi 12 mil muestras de concentraciones de partículas de plástico entre 1979 y 2019. Eso les permitió calcular no solo cuánto puede haber en el exterior, sino cómo han cambiado esas concentraciones con el tiempo.
Los acuerdos internacionales sí funcionan, y esa puede ser nuestra solución
Descubrieron que entre 1990 y 2005, los recuentos de partículas variaron. Esto puede deberse a la eficacia de los acuerdos internacionales, como la normativa de 1988 que restringe la contaminación por plásticos procedentes de los buques: «Es la primera vez que tenemos pruebas de que los tratados internacionales sobre contaminación por plásticos han sido realmente eficaces», señala Coffin.
Pero ese cambio normativo de 1988 no bastó para frenar los efectos del impactante aumento de la producción de plástico en las últimas décadas. Los investigadores descubrieron que, a partir de mediados de los 2000, el número de partículas se disparó de forma radical, y sigue incrementándose vertiginosamente. Además, prevén que el plástico se multiplique por 2.6 en los entornos acuáticos de aquí a 2040, a menos que se tomen medidas drásticas.
La nueva cuantificación de Coffin y Eriksen solo contabilizaba los plásticos que flotaban cerca de la superficie. Pero, de hecho, los microplásticos se arremolinan en el mar y surcan las corrientes oceánicas. Se están asentando en los sedimentos de las profundidades marinas y alterando la Fosa de las Marianas. Frente a las costas del sur de California, los científicos han podido examinar capas de sedimentos que se remontan a casi un siglo atrás y han descubierto que las tasas de deposición se han duplicado cada 15 años desde 1940, cuando la producción de plásticos inició de verdad.
Eriksen y Coffin resaltan que es fundamental que los negociadores de las Naciones Unidas acuerden un tratado mundial para establecer limitaciones a la producción de plásticos, cuyas conversaciones comenzaron en noviembre y se espera que continúen durante algunos años más. «Estoy convencido», afirma Eriksen, “de que si logramos un pacto realmente sólido que restrinja la producción, reduzca la fabricación de plástico de un solo uso y los países mejoren la gestión de los residuos y los mantengan en sus ríos y calles, se fomentará un descenso acelerado de la cantidad de basura que llega al océano”
Establecer un acuerdo sólido que limite la producción de plásticos, una mejora de la gestión de recursos, y la unión entre empresas y sociedad para limpiar un océano lleno de nuestra basura, puede ser el inicio de la solución para este problema que nos concierne a todos.
Fuente: wired.com
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