Los pulmones que necesita la Ciudad de México
La contingencia ambiental fue un llamado de atención para todos, pero más que pensar en resolver una crisis, debemos pensar en cómo construir la ciudad que queremos, una pensada con la calidad de vida como eje articulador.
Actualmente, México es el país peor calificado en el rubro de calidad de vida de entre todos los que integran la OCDE. Y aunque el City Prosperity Index (de la ONU-Habitat y el Infonavit) es más generoso, al afirmar que México tiene una calidad de vida “moderadamente sólida”, no deja de darle una baja calificación al país en los rubros de espacio público y áreas verdes per cápita.
Reactivar los parques y áreas verdes, e invertir en nuevos espacios públicos, es una política sensata por donde se le mire, que en ocasiones llega a tener beneficios económicos no tan evidentes.
La evidencia internacional muestra que los precios de las residencias tienden a aumentar con áreas verdes cerca.
En el caso de Dublín se mostró un incremento de entre 7% y 9% en el precio de las propiedades cuando hay parques cercanos, mientras que en Holanda, los parques llegan a incrementar el precio hasta un 28% de las propiedades, y algo similar ocurre en Los Ángeles y Londres.
Con los modelos adecuados, las empresas también pueden resultar beneficiadas de incentivar un espacio público más verde.
En Estados Unidos, los parques urbanos han mostrado ser una buena inversión para marcas en busca de patrocinios y pequeños negocios, que encuentran en la afluencia de estos espacios una base de clientes necesaria para mantenerse saludables.
Probablemente el mayor beneficio de una inversión en una ciudad más verde tiene que ver con la calidad de vida y salud de los habitantes, así como con mejores espacios públicos de convivencia.
En México, 7 de cada 10 adultos tienen un problema de sobrepeso, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud Pública, y si bien se trata de un problema más complejo, muchos espacios públicos no están en situación de contribuir a resolver este problema.
En 2015 se identificaron 189,417 personas mayores a 18 años que abandonaron alguna práctica deportiva por falta de instalaciones y 208,180 habitantes que lo hicieron por inseguridad en su colonia.
Además del vandalismo y la inseguridad, los parques se ven amenazados por el limitado presupuesto de mantenimiento.
Un modelo de desarrollo del espacio que podría ayudarnos a convertir la ciudad gris en verde, lo encontramos en las Supermanzanas de Barcelona; la primera fue inaugurada apenas este 5 de septiembre.
Las Supermanzanas son bloques de 400 por 400 metros cuadrados cerrados al tráfico de autos, lo que logra incentivar el uso del espacio público y dar el mensaje de que es un espacio donde se prioriza la calidad de vida.
Con esta iniciativa se espera una reducción de 21% del tráfico en la ciudad y que se libere el 60% de las calles utilizadas por automóviles. Se estima que los viajes en bicicleta aumenten 67% y se incremente en 10% el uso de transporte público.
La innovación urbana es más necesaria que nunca para la Ciudad de México. Además de la adopción de nuevas tecnologías, como coches autónomos o semáforos inteligentes, la innovación que necesita la capital implica, en una primera fase, transformar la manera en la que valoramos y reorganizamos el espacio público.
En una segunda fase sería óptimo adoptar estándares internacionales. Los estándares de planeación urbana recomiendan destinar entre 15 y 20% de la ciudad a espacios públicos abiertos.
En la Ciudad de México, la oportunidad para crecer en este aspecto es enorme. Cuidar de los espacios públicos e impulsar más áreas verdes tendrá como resultado una metrópoli más saludable, donde los espacios públicos se posicionen como motor para una mejor calidad de vida, y como eje de convivencia y socialización.
Fuente: https://www.weforum.org/
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